Si alguna buena razón hay para quejarse, es ésta. Resulta que hace un par de semanas me diagnosticaron cálculos biliares, las famosas "piedritas en el hígado", que aunque el refrán las ponga en otro lado, siguen siendo igual de malas.
A mis mozos 34, esta es de por sí una noticia bastante mala, pues esta condición se asocia generalmente a mujeres de más edad, y peor se pone si recuerdan que en mi lindo trabajo no tengo ningún tipo de seguro médico. Mis cuentas las pago yo y nadie más con mi tal vez no exiguo, pero sí limitado salario.
Aparte de todos estos aspectos negativos, lo que me puso hidrófoba de rabia fue la actitud del médico generalista al emitir su diagnóstico. Con la mano en la cintura y la actitud paternalista más irritante del planeta me dice muy tranquilo: "pues hay que operar. Le cuesta 14 mil en cirugía 'normal' y 19 mil por laparoscopía". Así nomás, como si uno cargara esas cantidades como dinero de bolsillo.
La neta ni volteé a verle la cara a mi mamá. YO estaba con la boca abierta. Así, sin agua va, te sueltan que te tienen que abrir la panza por la mitad (bueno, abajito de las costillas), sin opciones de tratamiento alternativo y, para remate, un "no se preocupe; la vesícula biliar no sirve para nada". Se me cayó la mandíbula hasta el piso.
Ya sé que yo no estudié medicina, pero me considero una persona razonablemente cultivada. Me pasé la infancia viendo "Quincy" y leyendo una enciclopedia médica que mis papás se ganaron en una rifa (ah, pa' premio más raro, ¿verdá?). Además, son fan clavado de "Dr. House", y la persona más metiche y preguntona del mundo. Y como colofón, SI DIOS INCLUYÓ LA VESÍCULA EN EL PAQUETE DE NACIMIENTO ES POR ALGO, ¿NO?
Por favor, por Cristo Santo, no me traten como si fuera estúpida, como si nunca hubiera estudiado nada, que para eso saqué dieces en Biología y Anatomía Comparada en la prepa. No me vengan a decir, esperando que me lo trague así sin más, que extraer la bolsita esa no te afecta en nada. ¡POR SUPUESTO QUE TE VA A AFECTAR! Es como si me dijeran que perder el dedo meñique de la mano izquierda no producirá efectos secundarios porque es "inútil". Y tampoco me digan que no hay alternativas. SIEMPRE HAY UNA ALTERNATIVA. Y no estoy hablando de curas naturistas milagrosas del santo señor de Chalma. Hablo de alternativas medicamentosas (de medicamento) estudiadas y probadas por la medicina halópata. Por favor, ¡si hasta el cáncer tiene a la quimioterapia! Entonces no me puedes decir que unas pinches piedritas que se aglutinaron QUÍMICAMENTE no van a tener contrapartida QUÍMICA.
Y otra cosa que me puso en órbita: ¿me puede alguien explicar por qué sale más barato ABRIR a una persona en dos que hacerle dos HOYITOS en la panza? (porque yo sí sé en que consiste la laparoscopía) ¡ES EL COLMO DE LA ESTUPIDEZ Y LA IMPRACTICIDAD! ¿No deberías ser al revés?
Obviamente, después de explotar como bomba atómica, cuando el polvo se asienta, recuerdo que vivo EN MEXICO, donde lo fácil siempre se hace difícil. Independientemente del golpe emocional, la actitud tipo Dios de los doctores y su afán de lucro me disparan la locura homicida. En México todo el mundo quiere abrir, como sea, y eso porque todo el mundo se beneficia: el hospital, las enfermeras, el anestesista, el doctor... Todo el mundo menos el pobre paciente y su familia, quienes cargan con los gastos y el proceso de recuperación.
Tal vez todavía estoy en la etapa de negación ante la catástrofe inesperada, pero juro por Dios que es mi testigo que voy a hacer todo lo posible para que no me dejen una espantosa cicatriz en el inmaculado (ja,ja, se vale reírse) templo de mi cuerpecito. Gracias a la internet, (¡Dios salve a Wikipedia!), descubrí que SÍ existe un tratamiento con medicamentos, aunque todos los sitios afirman que son exhorbitantemente costosos. Igual y me sale más caro el caldo que las albóndigas, pero eso sí: jamás, JAMÁS de los jamases voy a aceptar NADA ciegamente. SIEMPRE voy a buscar más información, y sobre todo, UNA SEGUNDA OPINIÓN. Que NADIE se atreva a creer que basta con decirme las cosas para que yo obedezca como vulgar autómata. Para eso me dio Dios el intelecto: para usarlo en la mejor defensa de mis intereses, y en este momento, lo que me interesa es que no me dejen como alcancía de feria.
P.S: Y tampoco es para tanto el pancho, que ahorita nomás estoy encabronada. Sí le encontré el lado positivo al asunto: ni es cáncer, ni me voy a morir mañana, ni me duele (ahorita, y espero que nunca), ni estoy sola en el desastre. Aunque me apena mucho gravar a mi familia con esta carga, ahí están, y merecen EL MÁS PUBLICIO DE LOS RECONOCIMIENTOS Y AGRADECIMIENTOS por toda su ayuda. ¿Verdad que podría ser peor?