martes, 29 de mayo de 2007

Cuando el trabajo afecta la salud

Ya se que últimamente lo único que hago es quejarme de mi trabajo, pero para eso es el “Planeta Quejas”: para ventilar las frustraciones y reflexionar sobre las posibles soluciones.

Y ahora la queja está más que justificadamente fundamentada, ya que en esta ocasión, el trabajo ha afectado la segunda única cosa del mundo que no puedo comprar: la salud.

Y más me quejo porque nadie, ni mis familiares, se han solidarizado en el rechazo a una situación opresiva que mina hasta la única cosa que puedo invertir en la búsqueda, ya no digamos de un futuro (eso es ciencia ficción en este país), sino de un nivel de vida de calidad. Todo el mundo me insiste en que más bien debería de dar gracias porque tengo trabajo, y que en este país, ya es ganancia poder poner comida en la mesa todos los días y poder hacer confetti el salario para pagar las deudas, ya no se diga comprar cosas nuevas. Y cada vez que escucho esto, estoy a punto de vomitar las entrañas de asco. O sea, ¿de qué me sirve tener trabajo, si estoy perdiendo mi salud en él?

Como resultado del estrés a que me he visto sometida en el último mes, ya falté un día al trabajo a causa de un espantoso dolor abdominal con reflejo en la espalda. ¿Alguna vez les han dado una patada en el estómago? ¿Les han hecho el “abrazo del oso” mal plan, que hasta te dislocan las vértebras y te quedas todo flojito? Pues imagínense las dos cosas combinadas... ¡¡A LA UNA DE LA MADRUGADA Y YO SIN SEGURO SOCIAL!! Eso y quedarse encuerado bajo la lluvia pos da lo mismo, ¿no? Y luego, pos a robarle medio día de su trabajo a mi má, porque ni de lástima había quién me llevara al doctor. ¿El diagnóstico? Inflamación intestinal aguda e inflamación hepática, o sea, en castellano, hígado hinchado.

¡Ay, nanita! ¿Verdá que da mello? Si ya nomás oír la palabra “colitis” provoca escalofríos, el pensar que uno de los órganos más delicados de mi cuerpecito ha sido afectado francamente me provocó hacerme pis en los choninos. ¿Qué trinche trabajo vale esto? ¿El costo-beneficio sigue siendo razonable? ¡¡POR SUPUESTO QUE NO!!

Claro que todo esto también tiene su lado bueno: en vez de sólo clavarme en lo enferma que estoy, también doy gracias porque NO estoy más grave. Todavía podemos hacer algo al respecto; aún no es nada crónico ni incapacitante. Pero AGUAS, porque podría tornarse en tal. Gracias a Dios, conseguimos un médico, y mi mamá tenía dinero pa’pagarlo, porque yo ya no tenía un peso, pero no saben cuánto me CHOCA tener que andar dando lástima, ya que mi bandera es la independencia total.

En pocas palabras, el balance costo-beneficio de permanecer en esta empresa ya no me favorece, y por eso ya estoy activamente buscando chamba. También me estoy cuidando mucho, y me como toda mi comidita y me tomo mis medicinas como niña buena, con la confianza en que puedo salir de este hoyo, aunque me tarde.

lunes, 21 de mayo de 2007

Cómo sobrevivir en un trabajo odioso

Mis pobrecitos blogs están más abandonados que Remi, y francamente me fastidia no tener ni cinco minutos para dedicarle a lo personal cuando me obligan a permanecer más de 12 horas en la oficina.

Realmente es extremadamente difícil no sucumbir ante la frustración y el agotamiento cuando se está haciendo una labor extenuante y que no ofrece recompensa ni estímulo de ningún tipo salvo el salario de risa que ofrecen las empresas. Pero creo firmemente en que se puede sobrevivir en un ambiente tan hostil sin pudrirse uno por dentro. En este momento, la técnica de supervivencia incluye:

1. Matar las expectativas: dado que no puedo esperar nada más que problemas, simplemente ya no genero más frustración esperando cosas que definitivamente NO vendrán. Ni el bono, ni el aumento de sueldo, ni la reducción en las tareas. Cuando uno ya no espera nada, no se sufre por nada.

2. Aguantar la estampa: no importa qué tan mal se comporten los demás, nunca renunciar a la cortesía y la mesura. Cuando se permite que los gritos, los reclamos inútiles y las groserías dominen las discusiones, la cosa sí que se pone inaguantable.

3. Seguir buscando chamba: la neta, si tanto odio el trabajo, pos pa'luego es tarde buscarse otro, ¿no? La bronca es que conseguir chamba está francamente del cocol. Por eso recuerdo la sabia frase que reza: "el mejor lugar para buscar chamba es tu trabajo actual". Y eso hago: aprovecho lo que tengo a mano para salir del agujero.

Pos ahí se las dejo para que las reflexionen. A mí me están ayudando a sobrellevarla, pero no dejo de rogar al poder supremo que me ayude a salir de aquí, antes de que truene como sapo nomás del puro agotamiento.

¿No necesita nadie un instructor/capacitador?

jueves, 10 de mayo de 2007

TOCA-MASCOTA: crueldad vs. curiosidad

Seguramente las han visto en algunos centros comerciales de la Cd. de México: estas instalaciones de la tienda “Mascota” donde los niños pueden tocar y manipular distintos animalitos, obviamente con la secreta intención de incitar a la compra potencial de una mascota, mientras más exótica mejor, ya que, mañosamente, rara vez exhiben perros o gatos.

Tuve la fortuna, por fin, de poder participar en esta experiencia gracias a mi enana sobrina de 6 años de edad, y aunque fue muy interesante y emocionante (no todos los días te lame un hurón o una serpiente te toca la punta de la nariz con su lengua) y mi niño interior estaba muy contento, no pude evitar encontrarle los consabidos peros. Sin embargo, con el fin de promover la objetividad, enlistaré los pros y los contras.

PROS:

1. Se promueve la curiosidad y afán de exploración del infante ante lo nuevo e inusual:
se invita a los niños a preguntar sobre los animalitos en exhibición y se los invita a tocar distintos animales cada vez.

2. Se invita a los niños a desprenderse de los prejuicios: muchos niños temen a ciertos animales por su aspecto, y se les invita a tocar animales exóticos tales como serpientes, tarántulas, escorpiones, ratas e iguanas, para que se les quite el miedo.

3. Se trata de promover el respeto a la vida: se hace énfasis en la técnica correcta para la manipulación de los animales, de tal forma que éstos sufran, tanto física como psicológicamente, lo menos posible en las manos de los niños, y se les recuerda que no son objetos ni juguetes.

Esto fue lo bueno que encontré. Ahora viene lo malo:

CONTRAS:

1. Los adultos no entran si no los invita el niño: me priva la discriminación contra los adultos a favor exclusivo de los mocosos. Si yo puedo pagar mi entrada, ¿por qué no me dejan entrar, pues? No solo los niños quieren saberlo todo. ¡Yo también!

2. El estrés que sufren los animales: cada animalito es manipulado por alrededor de 10 minutos por cada niño y adulto que se encuentre en la instalación, y cada nuevo grupo ingresa cada 20 minutos. Los pobres bichos apenas si pasan 5 minutos de cada 120 en sus jaulas, sin mucho tiempo para comer, beber o defecar. Y si le agregas los escuicles inconscientes (incluyendo a mi sobrina) que tratan de poner panzarriba a cualquier animal, puedo deducir que estos desdichados animalitos no deben llevar una vida precisamente relajada.

3. La trampa en la prestación del servicio: mi sobrina es socia de Toca-Mascota. Por $200.00 m.n., recibe una credencial con foto con la cual tiene derecho a entrar las veces que quiera y permanecer el tiempo que se le antoje, pero el sistema está sutilmente diseñado para ir empujando a los enanos hacia la salida en lapsos de alrededor de 20 minutos. Y como la mayoría de los pipiolos entran solos, se dejan guiar por los empleados, por lo que terminan fuera sin darse cuenta, teniendo que formarse de nuevo para poder regresar. Y también muchos socios terminan con el sello en la mano de que ya entraste, lo cual genera confusión. Si mi chamaco es socio, ¿por qué le sellan la manita, si se supone que puede entrar las veces que quiera?

4. Los empleados con cara de fastidio: Mi mala suerte es que siempre me tocan de esos. De los dos empleados atendiendo el changarro, me tocó el joven granujiento y despeinado que con el tono más golpeado del mundo le dice a la inquietísima sobrina mía "Siéntate, amiga. No te pudes parar", conmigo enfrente. Ok, hermano, las reglas están para protegernos y proteger a los animales, pero si no te gusta tu chamba, no te desquites con los enanos. Mejor la otra chava les sonreía y les decía con mucha paciencia que no se levantaran de la banca, porque asustaban a los animalitos.

Concluyo entonces con la idea de que “Toca-Mascota” es muy bonito, interesante, y hasta educativo, pero no puedo olvidar que se hace con afán de lucro y en última instancia se olvidan de la comodidad de los animalitos o la disposición natural de los empleados, por muy “humanitaria” que ‘Mascota’ se presente ante el público.

martes, 8 de mayo de 2007

¡La foto, la foto, la foto!

OK, muy bien. Ya vino Spencer Tunick y retrató alrededor de 20 mil mexicanos desnudos en la plancha del Zócalo, batiendo así un récord mundial. Y como siempre, los mexicanos demostramos nuestro esnobismo ante cualquier cosa nueva.

Los periódicos y noticieros, tanto de radio como de televisión, parecieran haberse quedado sin noticias, ya que le dieron más de vuelta y media al asunto, como si la foto hubiera sido lo único importante ese día. Un noticiero de radio llegó incluso al extremo de proponer un debate (¡un debate, háganme el favor!) sobre la supuesta "vejación" que "sufrieron" las mujeres al ser retratadas en celulares por los hombres que ya habían recuperado sus ropas, que por supuesto no iban a desaprovechar la oportunidad.

Y ello me lleva a la siguiente consideración: si aceptaste posar desnudo en un lugar público, ¿acaso no te preparaste mentalmente para cualquier eventualidad que pudiese ocurrir? ¿No se te ocurrió recordar que México es un país de voyeurs? Francamente, el reclamo de esas mujeres se me hace absolutamente idiota. ¡Como si no conocieran a sus propios paisanos, por Dios!

Y hablando de paisanos, realmente estoy hasta la cachucha de todos los morbosos que se la han pasado cazando cuanto video y fotografía se hayan publicado de los nudistas. A un cuate de aquí de la oficina poco le falta para jugar billar de bolsillo frente a la computadora. En mi opinión, si ya viste un hombre o una mujer desnudos, ya los viste a todos. Y también hay que ser coherentes, ¿no? Si te gustan los desnudos, pues cómprate Playboy, o Playgirl, o Signore o lo que te apetezca, pero demostrar el morbo tan públicamente solo me da una medida de qué tan pobremente estás atendido en casa.

Y hablando de pobres, también estuvo el caso de los pobres a los que les robaron su ropa. Francamente, es una broma de muy mal gusto. Ya bastante malo es que te roben, para que aparte te arruinen tu vivencia con una fregadera de esas. Claro que también, a quién se le ocurre no llevar carabina para que le cuide las cosas.

Por otro lado, se ha cuestionado el valor cultural del trabajo del Sr. Tunick. A muchos les parece una soberana y reverenda estupidez, y otros le encotramos un cierto valor; todo depende del bagaje comparativo-interpretativo de las personas, pero tratar de convencer a otro de que esto es pura, llana y simple pornografía se me hace ridículo. Por favor, dejen ser a las personas. Cada uno obtiene la lectura que quiere, y todas son respetables. Nomás no trates de imponerme la tuya, ¿vale?

Para mí, el cuerpo humano en general es muy hermoso. Seremos el animal más asqueroso sobre la faz de la tierra, imperfectos y asimétricos, pero la ingeniería evolutiva involucrada en su conformación y movimiento nos hacen algo realmente asombroso, que merece una consideración estética alejada del sexo y la religión, como cuando se mira un cuadro o un arcoiris, pero esa es única y exclusivamente mi opinión muy personal.

En fin. Ahora solo me queda esperar que "el héroe de esta película", con el cual nos escribimos a menudo, nos mande, como prometió por escrito y públicamente, su copia de la foto con su lindo traserito enmarcado en un círculo rojo. Y mi 'heroe', si me estás leyendo, declaro que no es por el morbo. Es nomás para ver si no te rajaste.

miércoles, 2 de mayo de 2007

Homo Homini Lupus

"El hombre es el lobo del hombre". No hay nada más cierto, y lo vivo en este momento, porque estoy hasta la santa m... de los abusos de este trabajo horrendo. Ahora resulta que quieren disponer de mi preciosísimo e irrecuperable tiempo EN UN DÍA FESTIVO, y todo por culpa de una personita que, la neta, parece no tener idea de lo que está haciendo. Y como no me dejé, es decir, no obedecí el llamado a presentarme a trabajar, aquí estoy, desvelada como trinche tecolote crudo a las 12 de la madrugada, haciéndome pen**ja para no seguirles regalando plusvalía a estos cochinos explotadores.

Es un hecho que me la están haciendo pagar por mi "rebeldía". Pero es mi filosofía en la vida que, si permito que uno solo me pase por encima, ése y el resto del mundo me agarrarán de tapetito de la entrada hasta el fin de mis tristes días. Y eso es algo que JAMÁS VOY A VOLVER A PERMITIR, ASÍ ME MUERA.

Lo divertido es que luego se preguntan por qué, pero OH, ¿POR QUÉ? el personal se roba los bolígrafos, el papel, los refrescos para las visitas, se reportan enfermos sin estarlo, llegan tarde dos veces a la semana y la tercera buscan quién les cheque la tarjeta, llegan, checan y se van a desayunar, se la pasan jugando solitario (o blogeando, o lo que sea) con la computadora, en cuanto pueden. Siendo mexicanos por nacimiento, todos sabemos cómo es esto, ¿no? El chiste es buscar la revancha, el desquite, contra lo que evidentemente es un atropello a los derechos, ya no digamos laborales, sino simplemente de cualquier individuo que aspire a una vida medianamente sana.

Y ojo que no estoy diciendo que esté bien, ni justificando a nadie. Yo no llego tarde, no me robo nada, me he reportado enferma una vez, y con justificante medico auténtico, o sea, trato de ser buena ciudadana, pues. Pero lo de hoy ha sido la gota que derramó el vaso. Chéquense nomás que, al momento de escribir estas líneas, el reloj marca las 12:42 DE LA MADRUGADA. Y todavía esperan que mañana me presente a dar mi clase de inglés A LAS SIETE DE LA MAÑANA!!

Y lo que más me está retorciendo el alma es que sigo estúpidamente clavada en este lodazal. Ciertamente ya estoy buscando otra chamba, pero lo que quiero hacer, de momento, está súper mal pagado, peor que aquí. En este trinche país bananero, los maestros no merecen un sueldo fijo; a wilson tiene que ser por honorarios, o sea, chíngate en tu pinche tiempo libre y ni sueñes que mereces prestaciones, ni horario fijo, ni nada aspirar a nada más que no sea desgastar los mejores años de tu vida para terminar reventado como burro de noria.

No tengo más palabras para describir mi rabia y mi sensación de impotencia, porque no quiero que éste sea un blog de puras mentadas. Me faltan patas para seguir patéandome por pen**ja por no hacer más, por no mandarlos derechito y sin escalas a la... a donde se merecen y largarme como las chachas, pero tengo mi pequeñita familia de 2 y cuarto (el gato no llega ni a medio) por la cual preocuparme, y he decidido no tomar decisiones unilaterales que puedan afectarlos sólo porque yo estoy metida en un agujero donde el duelo de poder consiste en comprobar quién tiene más blanquillos pa'guantar las ch***as.

Y sin embargo, todavía en este momento soy capaz de encontrarle el lado divertido. Cuando he tenido la maligna y malévola oportunidad de poner en evidencia a la actual culpable de la mitad de mis desgracias enfrente de su jefe, cuando he aguantado la estampa de tal forma que hasta yo me enorgullezco, me alegra descubrir que aún puedo generar esta enorme sonrisa de sandía cruzada con mazorca de maíz y reír y reír, porque, aunque me gusta el dinero, valúo más el salirme con la mía y volarme el día, y el fin de semana largarme de compras y platicar como chachalaca borracha con mi má, e irme al cinito con mi mareado, y jugar a corretear al gato por todo el depa...

Qué bonito es seguirle encontrando el lado risible a este tragedión idiota. Y sonrío, sonrío, sonrío.