"En un barco de vela, un pesimista se queja de los cambios del viento; un optimista esperará a que cambie el viento... Un realista, reorientará las velas".
No hay nada más odioso en el mundo que, siendo una persona racional que ha analizado todos los ángulos posibles de una mala situación sin encontrarle uno solo bueno, tenga que oír los nefastos clichés optimistas que la gente bienintencionada y metiche suele decir.
Frases tales como: "Déjate llevar", "relájate y disfruta de la experiencia", "a lo mejor le encuentras algo bueno", etc., repetidas ad nauseam realmente pueden ponerme enferma, como expresiones de la más absoluta desidia mental.
Si se trata de verle el lado positivo a algo que aparenta no tenerlo, mi filosofía es verlo por el lado malo: ¿podría haber sido peor? Si la respuesta es afirmativa, automáticamente nuestro cerebrito establecerá la conexión correcta y daremos gracias al Altísimo porque en efecto, NO nos fue PEOR.
La resignación borreguil definitivamente no se hizo para mí. Aceptar pasivamente los conflictos de la vida podrá brindar paz a algunas almas inocentes, pero condescender con situaciones que se encuentran en abierto enfrentamiento con los paradigmas que hacen a una persona ser un individio me resulta tan repugnante como aceptar los avances sexuales de un desconocido en un pesero.
Por otra parte, si la persona se está quejando de algo, es porque tal vez, y solo tal vez, esté buscando una visión extra muros de la tacita de agua donde se está ahogando. ¡Quiere resolver el conflicto! Y siendo tal mi caso, no me ayuda para nada que insistan en que ponga una sonrisa idiota ante lo "inevitable". ¡Lo que quiero es una maldita idea para zafarme del problema! Es una absoluta crueldad y falta de sensibilidad que le exijamos a cualquier individuo que ponga una buena cara ante la adversidad. Porque ni siquiera somos sinceros: le decimos a la persona que se "ponga de buenas" sólo porque nos molesta su zumbido de mosca, no porque realmente queramos que se sienta mejor. La cruda realidad es que eso nos resulta totalmente indiferente. Y la prueba es que, días después de habernos chutado todo el rosario, ¿alguien se molesta en preguntarle al quejoso si resolvió su problema?
Lo cual me confirma por enésima vez en mi teoría. Si alguien se está quejando, quiere una de tres cosas: desahogarse, tu lástima o una idea que lo saque del hoyo. Pero la mayor parte de los mortales ignora totalmente la distinción. Solo ven la queja.
P.S.: He de dejar constancia que UNA sola persona me dijo algo realmente útil: "Mírale el lado bueno; por lo menos no se trata de un viaje a la playa". ¡Algo así es lo que quería oír!
No hay nada más odioso en el mundo que, siendo una persona racional que ha analizado todos los ángulos posibles de una mala situación sin encontrarle uno solo bueno, tenga que oír los nefastos clichés optimistas que la gente bienintencionada y metiche suele decir.
Frases tales como: "Déjate llevar", "relájate y disfruta de la experiencia", "a lo mejor le encuentras algo bueno", etc., repetidas ad nauseam realmente pueden ponerme enferma, como expresiones de la más absoluta desidia mental.
Si se trata de verle el lado positivo a algo que aparenta no tenerlo, mi filosofía es verlo por el lado malo: ¿podría haber sido peor? Si la respuesta es afirmativa, automáticamente nuestro cerebrito establecerá la conexión correcta y daremos gracias al Altísimo porque en efecto, NO nos fue PEOR.
La resignación borreguil definitivamente no se hizo para mí. Aceptar pasivamente los conflictos de la vida podrá brindar paz a algunas almas inocentes, pero condescender con situaciones que se encuentran en abierto enfrentamiento con los paradigmas que hacen a una persona ser un individio me resulta tan repugnante como aceptar los avances sexuales de un desconocido en un pesero.
Por otra parte, si la persona se está quejando de algo, es porque tal vez, y solo tal vez, esté buscando una visión extra muros de la tacita de agua donde se está ahogando. ¡Quiere resolver el conflicto! Y siendo tal mi caso, no me ayuda para nada que insistan en que ponga una sonrisa idiota ante lo "inevitable". ¡Lo que quiero es una maldita idea para zafarme del problema! Es una absoluta crueldad y falta de sensibilidad que le exijamos a cualquier individuo que ponga una buena cara ante la adversidad. Porque ni siquiera somos sinceros: le decimos a la persona que se "ponga de buenas" sólo porque nos molesta su zumbido de mosca, no porque realmente queramos que se sienta mejor. La cruda realidad es que eso nos resulta totalmente indiferente. Y la prueba es que, días después de habernos chutado todo el rosario, ¿alguien se molesta en preguntarle al quejoso si resolvió su problema?
Lo cual me confirma por enésima vez en mi teoría. Si alguien se está quejando, quiere una de tres cosas: desahogarse, tu lástima o una idea que lo saque del hoyo. Pero la mayor parte de los mortales ignora totalmente la distinción. Solo ven la queja.
P.S.: He de dejar constancia que UNA sola persona me dijo algo realmente útil: "Mírale el lado bueno; por lo menos no se trata de un viaje a la playa". ¡Algo así es lo que quería oír!
2 comentarios:
Mm coincido contigo, siempre queremos verle el lado positivo a las cosas pero nos da miedo hacerlo de forma negativa... en algunos de mis soliloquios he caido en la misma situación y decirme: dichoso de mi que me puedo quejar y hacer un simple berrinche, cuando hay gente que esta peor...creo que el quejarse ya es una mania de la gente que a veces me tienta y lo llego a hacer..jajaja
ohh te agradezco el comment. Ahora estoy disfrutado de las bondades demi casa, aunque sea por un rato. No sabia a donde responder si aqui o el otro que tienes en ingles... bueno te mando saludos, que estes bien.
el heroe: mil gracias por tu comentario. Puedes responder donde gustes. Qué bueno que estás disfrutando tu casa. Es un placer casi desconocido en esta época.
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