INSISTO, y seguiré insistiendo. Se supone que vivimos en un país que es un paraíso para las libertades del individuo. ¿Por qué viene entonces un tirano por el que yo NO voté a decirme que no puedo usar mi coche, por el que ya pago tenencia, los sábados?
Déjenme ponerlo bajo otra perspectiva: Aunque también soy ecologista y me preocupo por el futuro del planeta por la cursi razón de que me gustan los animalitos que existen, también tengo que preocuparme por mi HOY. Tengo un empleo que consume más de 12 horas diarias de mi vida, por lo cual casi no veo a mi familia entre semana, no hablemos ya de realizar las labores del hogar. Por tanto, el sábado es para mi núcleo familiar otro día de trabajo: es el día que se hace la compra en el súper, se compran los perecederos en la Central de Abastos, se lleva la ropa a la tintorería, se va al dentista o al doctor, en fin, todas las pequeñas domesticidades que ayudan a que la casa no se nos caiga en la cabeza.
Y entonces, no puedo evitar preguntarme: ¿cómo creen todos estos burócratas anquilosados y desconectados de la realidad que vamos a transportar la caja de 12 litros de leche, los 8 kilos de frutas y verduras, los 4 kilos de carnes, aves y pescados, los 4 kilos de detergente, los 2 kilos de quesos y embutidos, los 2 paquetes grandes de pan de caja, los 6 kilos de arena para gato, los 3 kilos de alimento para gato, el suavizante de telas, las bromosas cajas de cereal, el shampoo, desinfectante de pisos, el estorbosísismo papel de baño*, etc. que se consumen en mi casa? ¡Y sólo somos dos personas! (y el gato). Imagínense nomás lo que compra una familia promedio de 4 personas.
Por supuesto que los ecologistas más celosos me dirán que para eso hay taxis y metro.
¡¡Siiiiiiiiiiiiiiiiii, cómo no!!
¿Han tratado de subirse a un taxi ecológico modelo Vocho con 14 bolsas del mandado y 4 cajas?
¿Continúa ofreciendo el metro un sistema de transporte tan confiable que pudiéramos preferirlo al automóvil?
¿Hay garantía de utilizar el metrobús y no salir todo golpeado?
¿Podemos abordar un pesero desde la Central de Abastos sin ser asaltados y violados?
La respuesta es un rotundo NO.
Para muestra basta un botón:
-No hay taxista que no traiga el taxímetro "arreglado" o te miente la madre cuando pagas los veinte centavos por la lectura "34.20". Además, se encabronan cuando les pides que te abran la cajuela. (Y nomás échenle lápiz: a lo que gastamos en el súper, hay que agregar el costo del taxi).
-Ayer, 12 compañeros de 34 llegaron tarde por la descompostura en la línea 1 del metro (véase nota en "El Universal Online" http://www.eluniversal.com.mx/ciudad/86385.html).
- Una compañerita llegó con el brazo todo moreteado y las costillas adoloridas porque la aplastaron contra los tubos del metrobús.
-Aunque ya no salen en las noticias, los asaltos a microbuses siguen a la orden del día. A mi primo lo asaltaron la semana pasada y le bajaron la cartera, la chamarra y los tenis, que ni siquiera eran nuevos.
En resumen: ¿Cómo se atreven siquiera a sugerir que renuncie al uso de mi vehículo cuando la infraestructura de la ciudad NO TIENE ni puede ofrecer una alternativa de transporte público seguro y eficiente? ¿QUÉ CARAJOS ESTÁN PENSANDO? Por favor, déjense de pendejadas: hay bastantes alternativas para seguir cuidando la calidad del aire en la Ciudad de México.
LO QUE NO QUIEREN ES CONFESAR QUE NO SE HA INVERTIDO LO SUFICIENTE EN INFRAESTRUCTURA DE CIRCULACIÓN PARA LA CIUDAD.
Y lo de los puentes y segundos pisos y distribuidores viales es coba, compañeritos. El hecho de que seguimos sin ver frutos por nuestros impuestos subsiste.
¡¡Y ENCIMA QUIEREN COARTARME MI LIBERTAD PARA HACER DE MI ESCASO TIEMPO LIBRE LO QUE SE ME DE LA GANA!!
Ojalá este desgarrador grito por la defensa de las libertades individuales no caiga en oídos sordos, y podamos hacer una gran cadena para oponernos a la arbitrariedad y la falta de sentido común.
Este borrego no bala; ¡RUGE!
*No me había percatado realmente de la cantidad de comida que se consume en casa. ¡Somos unos tragones!