Como ciudadanos mexicanos conscientes de nuestras responsabilidades en la elección de nuestros funcionarios y su rendición de cuentas, deberíamos, en estos momentos en que dichos funcionarios están claramente abusando de su poder con pretextos varios de todos conocidos, tomar las acciones civiles necesarias para detenerlos de una vez por todas y recordarles que los gobiernos deben temer a sus pueblos, no los pueblos a sus gobiernos.
Los franceses, cuando algo no les parece, convocan a huelga general, y en un magno despliegue de solidaridad social paralizan a su país. ¿Qué esperamos entonces los mexicanos para unirnos en un despliegue nacional de espíritu civil y dejar todos al mismo tiempo de pagar tenencia, IVA e impuesto sobre la renta? ¿Cuándo vamos a dejar de creer únicamente en los beneficios individuales promovidos por la transa y los arreglos bajo la mesa para unirnos en un solo movimiento que produzca un gran beneficio social para nosotros y nuestros descendientes?
Dejemos de temer al gobierno. Si la historia nos ha enseñado algo, en estas épocas de aniversarios de revoluciones e independencias, es que un puñado de personas, por más poder que detenten, no pueden detener a una masa de 20 millones de personas. Dejemos todos juntos, al mismo tiempo, de pagar tenencia, de pagar impuestos inútiles e innecesarios. Despidamos a todos los diputados y senadores que no nos hacen falta, porque el número excesivo ha demostrado no ser sinónimo de representatividad.
Es hora de sentirnos orgullosos de ser mexicanos conscientes, decididos y capaces de controlar a nuestro gobierno, no al revés.
Los franceses, cuando algo no les parece, convocan a huelga general, y en un magno despliegue de solidaridad social paralizan a su país. ¿Qué esperamos entonces los mexicanos para unirnos en un despliegue nacional de espíritu civil y dejar todos al mismo tiempo de pagar tenencia, IVA e impuesto sobre la renta? ¿Cuándo vamos a dejar de creer únicamente en los beneficios individuales promovidos por la transa y los arreglos bajo la mesa para unirnos en un solo movimiento que produzca un gran beneficio social para nosotros y nuestros descendientes?
Dejemos de temer al gobierno. Si la historia nos ha enseñado algo, en estas épocas de aniversarios de revoluciones e independencias, es que un puñado de personas, por más poder que detenten, no pueden detener a una masa de 20 millones de personas. Dejemos todos juntos, al mismo tiempo, de pagar tenencia, de pagar impuestos inútiles e innecesarios. Despidamos a todos los diputados y senadores que no nos hacen falta, porque el número excesivo ha demostrado no ser sinónimo de representatividad.
Es hora de sentirnos orgullosos de ser mexicanos conscientes, decididos y capaces de controlar a nuestro gobierno, no al revés.
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